Estos últimos días han sido difíciles. Mucho. Uno sufre más cuando no comprende las cosas. Será que no todo debe ser entendido sino aceptado. Pero aceptar es más difícil sin entender. A veces olvidamos que la mente, el cuerpo, el alma y el amor se manejan separados. Que no siempre se entienden.
Mi amor y mi alma no comprenden que el perdón no aparezca. Mi cuerpo y mi mente lo aceptan. Con trabajo.
Llega la ansiedad producto de la frustración. La desesperación de la impotencia. Lucho contra las horas, los recuerdos, el colchón. Contra mí.
No se puede regresar el tiempo pero se puede recomenzar. En donde mismo o en otro lado. Mi corazón, mi alma y mi amor quisieran donde mismo. Mi mente debe llevarlos a otro lado. Y digo debe porque la vida nos coloca donde no pedimos.
Jesús: estos 33 han sido de muerte. Está pesada la cruz. Está dura la enseñanza, maestro.
Ya me desahogué.