Todos tenemos derecho a tener un taxi

En 1990, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, dentro de la ola de reformas desregulatorias y privatizadoras de su mandato, se dio la reforma al autotransporte de carga. Esta reforma, permitió que el sistema evolucionara de una industria basada en concesiones a una basada en permisos. Además, se eliminaron las regulaciones en las tarifas, en las rutas y en el cabotaje. Estos cambios permitieron, con los años, tener un sistema de autotransporte de carga transparente (a pesar de sus miles de fallas), que a su vez, se tradujo en un crecimiento acorde a las nuevas exigencias comerciales que enfrentaba el país. Hoy, si usted quiere comprar un camión y dedicarse al transporte de carga, puede hacerlo.

Por su parte, el sistema de taxis en cada estado del país, sigue trabajando igual que hace 50 años: mediante un sistema de concesiones otorgadas discrecionalmente y que sólo se han utilizado como pago de favores o como clientelismo político. Colima no ha sido la excepción.

Gracias al sistema de concesiones del servicio de transporte público individual que se maneja en Colima, la industria del transporte de pasaje individual, o sea, los taxis, se ha quedado estancada en todos los aspectos: falta de capacidad en cobertura, pésima atención a usuarios, unidades inseguras y en mal estado, cobros arbitrarios, etc. ¿Por qué no oxigenar la industria y abrirla a que cualquiera pueda tener un taxi? ¿Por qué si una persona tiene los recursos y el interés de incursionar en la industria del taxi no puede hacerlo? ¿Por qué no hacer un cambio en la ley como se hizo con el autotransporte de carga hace 26 años?

Hay quienes afirman que lo justo es otorgar concesiones a los choferes con más años de servicio. No. La tierra no es de quien la trabaja. Lo justo es que cualquier persona que quiera tener un taxi, tenga derecho a hacerlo. Que el mercado se encargue de regular la cantidad de estos, así como pasa con cualquier otro negocio: tienditas, taquerías, consultorios, etc. Migrar de un sistema basado en concesiones a uno basado en permisos, no eximiría a los permisionarios de regulaciones operativas y de seguridad que la naturaleza de este servicio requiere, pero sí permitiría que las ciudades contaran con un servicio en cantidad y calidad, acordes al siglo XXI.

 

El Chisguete.

Aunque muchos quieren fuera a la secretaria de movilidad Gisela Méndez, el ser una de las secretarias técnicamente mejor preparadas en su área, le da el respaldo y soporte para permanecer allí todo el sexenio.

Por su parte, quien dicen que ya casi se va, es Arnoldo Ochoa, de quien se afirma, ha tomado decisiones unilaterales como si él fuera el góber, lo que no le ha causado mucha gracia a Nacho, quien, por lo menos, ostenta el título constitucional de gobernador del estado.

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