Ahora nos toca a los gordos

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Cuando se habla de discriminación e inequidad, casi siempre, se habla de minorías oprimidas: los negros, los homosexuales, los hispanos, discapacitados, etc. Las mujeres son la excepción, porque sufren opresión aun siendo mayoría. Bueno, pues los gordos también somos mayoría en México, y en otros países, primera minoría, y apenas se comienza a hablar de la discriminación hacia nosotros: los que estamos gordos.

En las últimas semanas, he leído sobre diversas campañas en las que los protagonistas, o mejor dicho, las protagonistas, son gordas.

La primera de Nike:

 

La segunda de JCPenney:

 

¿Qué destaco de estas campañas? Que sólo se enfocan en el sobrepeso de las mujeres, por lo que parece que más que ser campañas enfocadas en contra de la discriminación a la sociedad obesa, son derivadas del movimiento feminista.

Por circunstancias de la vida que se han traducido en un mala alimentación, apatía, pereza y desmotivación para el ejercicio, etc., he llegado a pesar más de 130 kg. Mido 1.85mts, lo que, por Índice de Masa Corporal (IMC= KGS/Mts²), me coloca en la categoría de Obesidad grado II (existen cinco niveles de obesidad: sobrepreso, grado I, grado II, gradoo III y grado IV también conocida como obesidad mórbida).

La discriminación hacia personas obesas es un tema que en diferentes ocasiones he platicado con personas cercanas a mí, muchas de las cuales no son gordas, y se sorprenden cuando les hago ver ciertas situaciones por las que a veces debemos atravesar los gordos.

Esta discriminación se da desde la infancia con el acoso escolar, ya que a mayor sobrepeso, más acoso escolar, y hasta los adultos, ya que, los gordos no sólo batallan más para encontrar trabajo, sino que, además, ganan menos.

La obesidad es una consecuencia, no una causa, por lo que al discriminar a un gordo, estás discrimando a alguien que tal vez tiene un problema de salud, tal vez un probema emocional, tal vez un problema psicológico, o tal vez a alguien que no tiene problemas y así es su genética.

Debo señalar que, de manera personal, nunca he recibido un trato humillante por ser gordo, y afortunadamente, de niño no lo era, por lo que tampoco sufrí bullying por esa situación, pero no todos tienen la misma suerte, y las cifras ahí están para corrobarlo. Sin embargo, sí sufro discrimación de forma colateral en muchos otros aspectos, por ejemplo:

Tener que comprar la ropa que me queda y no la que me gusta. Yo no me explico cómo es que siendo México el primer o segundo lugar en obesidad en el mundo (dependiendo el estudio), sea un problema encontrar ropa. En pantalones, si pasas de talla 36, deberás tener suerte para encontrar los dos o tres pantalones 38 que surten. Si eres talla 40, 42, aprovecha y compra todos los que encuentres. Si eres talla 44 o más… Dios te bendiga.

¿Qué es lo que le dicen a un gordo cuando habla de su sobrepeso? Haz ejercicio. Conseguir ropa en México para hacer ejercicio, cuando eres gordo, es más complicado de lo que pudieras imaginar. Para hacer ejercicio, necesitas usar ropa cómoda y holgada, que te permita realizar movimientos libremente sin tener que andar enseñando la panza o el culo. Las tiendas, en México, no cuentan con eso. La última vez que estuve yendo al gimnasio, me tuve que comprar tres shorts iguales, porque fueron los que mejor me quedaron. Además, tuve que comprar por internet 10 playeras 2XL, porque aquí no pude conseguir. Intenta comprar unos pants 2XL, 3XL, 4XL. No hay. ¿Cómo esperan que la gente gorda que está dispuesta a hacer ejercicio, lo haga cuando ni siquiera puede conseguir ropa deportiva de su talla?

Algunas tiendas como Liverpool, tienen su sección de “Tallas extras”, lo que a decir verdad, es una gran ayuda, sin embargo ¿por qué ponerlas separadas? yo nunca he visto una sección para negros, para enanos o para homosexuales, ni siquiera para muy flacos. Además, ¿Cuáles tallas extras? “Extra” significa “superior a lo normal”, y la obesidad, al menos en este país, es la normalidad.

En los últimos años esto se complicó, porque las marcas y las tiendas, no conformes, con el poco surtido de ropa para gente gorda, se les ocurrió convertir los cortes en Slim Fit o Skinny. Parece chistoso, pero no lo es.

Justificar estas circunstancias discriminatorias con el barato argumento de “es para que enflaquen” es caer en la infamia. Tampoco intento minimizar los riesgos a la salud que muchas veces puede ocasionar la obesidad, sin embargo, al hablar de este problema, el tono debe ser muy diferente cuando se opina desde el campo de la salud, que cuando se hace desde el campo de los derechos humanos.

No se trata de promover la obesidad ni de afirmar que uno está conforme con su situación física (aunque habrá muchos que sí),  se trata de que si queremos equidad y respeto hacia todas las personas, ahora nos toca pelear a los gordos.

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