Y me sentía en el olvido olvidado, y me retorcía perdido en la perdición; y no te amaba porque no me sentía amado, y te adoraba porque dormía en la adoración. Pero te quería como cuando quieres a alguien, a alguien que amas, que sueñas, que entrañas. Y no sabía de tanta sabiduría impartida. Yo tomaba las lecciones que el tiempo obligaba, y fue él mismo quien me graduó derrotado ante tu ser, pero vencedor ante la vida, superando tu querer, resignándome al destino.
(30/05/10)