…y seguían ahí, los dos, comiendo nerviosos, tensos, reprimidos; el restaurante parecía agradable, él incluso llegó a pensar que recordaría ese lugar como el templo en donde volvió a elevar su alma; ella, tiempo después supe que lo veía como un lugar más, en donde comería una comida más, en un día más de su vida. -“¿Estás viviendo con él?” -preguntó temeroso-“¡No! ¿Cómo me preguntas eso? ¿Qué me crees?”- La verdad era que, cualquier cosa que creyera en ese momento, podía ser verdad.
(23/06/10)