Todos sabemos que moriremos. Es curioso que sabiendo eso, el temor a la muerte sea algo recurrente en muchas personas. Yo le tenía miedo.
Un día hace unos cinco o seis años, por la noche, a punto de dormir, sentí que moriría: no me dolía nada, no me sentía mal, simple y sencillamente tenía un sentimiento de que no iba a despertar… y estaba tranquilo, como nunca. Desde ese día, el miedo a la muerte se fue. Sé que cuando lleguen mis segundos finales y tenga que morir, sentiré una calma y una paz igual a la que sentí ese día. Creo que todas las personas que han muerto han sentido lo mismo antes de partir. Y por eso ya no temo.
Me preocupa más si pienso en la muerte de los demás que si pienso en la mía. Aunque creo que eso es egoísmo.
Veía antier la película de Monster’s Ball y me puso a reflexionar una vez más sobre la muerte. Lo feo de la muerte no es la muerte sino el sufrimiento previo que hay en la mayoría de los casos. Pero la muerte es catártica. La muerte libera.
Cosas que he imaginado.
Suena trillado pero me gustaría que tuviéramos un botón de apagado y así evitar sufrimientos. Es más, me he imaginado que tenemos un botón que nos permite morir tres veces, siendo esta última, la definitiva. O sea, te puedes morir y arrepentirte. Estoy seguro que muchos ya hubieran gastado dos oportunidades, y al final sería lo mismo.
¿Cómo me gustaría morir?
De un infarto fulminante. ¡Pum! Ya no estás.
Antes me preocupaba (mas realmente nunca me he ocupado) por saber cosas que pudieran causar infartos y problemas cardíacos, para evitarlas. Ahora (como si dependiera de mí) he decidido que ese quiero que sea el medio para irme al más allá cuando llegue la hora. Justamente ayer le comentaba a mi mamá eso, y me criticó. Dice mi madre que una cosa es morirse ya grande y otra cuando se supone debería haber todavía mucha vida por delante. A mí la edad a la que muera, no es algo que me preocupe, aunque claro, si llevo una buena vida, me gustaría vivir por lo menos cien años.
¿Qué creo que hay después de la vida?
Mi religión dice que la vida eterna junto a Dios. No lo sé, pero sí creo que hay calma, como la que sentí aquella noche.
Por eso, si me preguntan ¿Miedo a la muerte? ¡Miedo a la vida! Que dicen sólo hay una… y es muy corta.