Don Marco

Es extraño cómo llegan a la mente personas que no fueron relevantes a nuestra vida. Por ejemplo, de vez en cuando, llega a mi mente el papá de un amigo que ya falleció, Don Marco Fletes.

Aunque su hijo fue de mis mejores amigos en la infancia, con él no tuve una relación cercana, ni mucho menos, pero siempre que jugábamos futbol en la calle con su hijo y otros amigos, y él llegaba de trabajar, nos saludábamos, él con gusto, y yo, con respeto.

La única afinidad que puede tener un niño con un adulto, son los deportes, y así era: los dos le íbamos a las Chivas. Alguna vez me contó que tuvo un hermano que jugó con las Chivas profesionalmente, pero no recuerdo su nombre. “Zurdo”, me decía Don Marco. Y es que lo soy sólo para jugar futbol.

Insisto: no sé por qué uno recuerda a quienes, en teoría, no influyeron en la vida de uno. Incluso, tengo un ancla muy sosa con él, y está relacionada con atún. Una vez, fuimos Don Marco, su hijo Marco, y yo, a un río, creo que a “Los Amiales”, y en esa ocasión, fue la primera vez que probé el atún sin mayonesa. Entonces, cada que lo preparo así, recuerdo ese día. Una tontería, lo sé.

Pasaron los años y me enteré que tenía Alzheimmer, que tengo entendido, esa fue la causa de su muerte. En fin, en donde quiera que se encuentre, ¡arriba las Chivas, Don Marco!