La mejor forma de controlar al pueblo, es quitándole su libertad. La forma más sutil de robarle su libertad, es quitándole su libertad financiera, ahogándole con deudas e intereses que tardarán buena parte de su vida en pagar. Mientras más jóvenes, mejor. Jóvenes que entregarán su futuro y trabajo a los bancos, que a la vez, se llevarán no solo su dinero, sino sus sueños e ilusiones. ¿Qué afán de endeudar a la juventud mexicana?